Conectando voces más allá del aula
25/09/2025 | https://doi.org/10.63083/lamec.2025.40.raj
En un mundo donde la educación superior se enfrenta al reto constante de adaptarse a nuevas realidades tecnológicas, culturales y sociales, es necesario preguntarse cómo debe evolucionar la enseñanza universitaria para seguir siendo relevante. La respuesta podría estar en iniciativas como Connecting Voices, un congreso internacional organizado por la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad CEU San Pablo, y que ha logrado demostrar que, más allá de la tecnología y de la omnipresente inteligencia artificial, la innovación pedagógica se sustenta en las personas y en la colaboración intergeneracional e internacional.
Este evento, celebrado en Madrid en el mes de marzo de 2025, y concebido como una experiencia piloto, reunió a estudiantes y profesores de siete países europeos (Polonia, Italia, Países Bajos, Portugal, Ucrania, Dinamarca y España) y de Estados Unidos en un entorno híbrido —virtual y presencial— con un objetivo claro: repensar la forma en la que aprendemos, enseñamos e investigamos en la universidad.
Una experiencia global e intergeneracional
El I Congreso Internacional Connecting Voices nació como un espacio de encuentro entre culturas, disciplinas y generaciones. A lo largo de una intensa semana en Madrid —precedida por una jornada virtual introductoria—, se organizaron talleres, conferencias, actividades culturales y sesiones de networking que rompieron las fronteras tradicionales del aula.
Más allá de presentarse como un desfile de ponencias, la estructura del congreso se pensó cuidadosamente para maximizar el aprendizaje de todos los participantes implicados. Mientras los estudiantes asistían a sesiones formativas impartidas por expertos internacionales en Comunicación, Educación, Humanidades e Historia del Arte, el profesorado CEU y los invitados extranjeros participaban en encuentros paralelos enfocados en compartir buenas prácticas docentes e investigaciones innovadoras con el fin de generar sinergias interuniversitarias.
Una de las principales apuestas del evento fue la intergeneracionalidad, fomentando la participación activa de todos los implicados en el evento, estudiantes, docentes invitados, profesores de la comunidad CEU y organizadores. No solo se trataba de enseñar o escuchar, sino de dialogar entre personas de diferentes edades y contextos culturales, rompiendo los esquemas jerárquicos habituales. Mientras los profesores compartían su experiencia, conocimiento y campo de investigación, los estudiantes aportaban ideas y soluciones a los desafíos planteados.
Además, para acercar a los invitados la cultura del país anfitrión, en este caso España, se organizaron actividades fuera del aula, entre ellas una visita cultural al Teatro Real de Madrid, una cata de vinos y diversas experiencias gastronómicas. También se generaron espacios informales de conversación que permitieron a los participantes conocerse mejor, porque la educación y las ideas también surgen en los pasillos de la facultad, en los descansos y en las conversaciones informales a la hora del almuerzo.
Otro de los elementos más populares del congreso fue el uso de la gamificación a través de dinámicas lúdicas para evaluar y reflexionar sobre lo aprendido. En la sesión de clausura, por ejemplo, se realizaron juegos de rol, retos colaborativos y encuestas interactivas que permitieron recoger impresiones reales y sinceras de una forma ligera, participativa y no invasiva.
Lejos de los exámenes tradicionales, estas dinámicas crearon un ambiente de confianza y espontaneidad, favoreciendo que tanto estudiantes como docentes compartieran sus percepciones con libertad. Los resultados reflejaron que la mayoría valoró muy positivamente tanto el contenido como el formato del evento.
Alto nivel de satisfacción
Los datos recogidos tras el congreso muestran que más del 90% de los estudiantes consideraron que las sesiones impartidas por los docentes internacionales habían sido interesantes o muy interesantes. Un 87% valoró especialmente el contacto directo con profesorado extranjero. También se destacaron algunas ponencias especialmente inspiradoras, como las centradas en la ética publicitaria o en la motivación personal.
Los profesores, por su parte, subrayaron la implicación del alumnado y la relevancia académica de los temas tratados. Mientras que los invitados destacaron, además, la calidad organizativa y el ambiente colaborativo que se respiró durante toda la semana.
Pero más allá de los números, lo más valioso fueron las sensaciones que dejó el congreso. Una nube de palabras generada de forma colectiva por los asistentes resume bien la experiencia través de términos como “inspiring”, “diverse”, “creative”, “skills” o “friendship”, que reflejan no solo el contenido sino el ambiente que se vivió durante la semana.
Como toda experiencia piloto, Connecting Voices también enfrentó algunos desafíos. Entre ellos, ajustar los calendarios de los diferentes grados y de los profesores invitados, coordinar los espacios físicos para garantizar la accesibilidad de todos los participantes o resolver problemas técnicos de algunas de las herramientas digitales utilizadas por el profesorado. Sin embargo, lejos de ser obstáculos, estos retos se convirtieron en oportunidades para poner a prueba la capacidad de adaptación del equipo organizador y reforzar la cooperación entre los participantes.
La clave del éxito, según algunos de los implicados consultados, fue la planificación anticipada, la implicación activa del profesorado y el entusiasmo de los estudiantes, que participaron incluso en la promoción del evento en redes sociales, el diseño del cartel y la cobertura gráfica.
El aprendizaje más potente
Con una participación de más de 250 estudiantes, 36 docentes (16 invitados y 20 CEU) y universidades de nueve países, Connecting Voices demuestra los beneficios de construir experiencias de aprendizaje a partir de un modelo educativo centrado en las personas. Aunque a día de hoy nadie pone en duda el papel fundamental que juega la tecnología y la inteligencia artificial en el aula, esta iniciativa pone en valor aspectos humanos como el diálogo entre personas, la diversidad y la apertura a nuevas formas de enseñar y aprender.
Connecting Voices no fue solo una actividad académica, sino un verdadero laboratorio de innovación educativa, un espacio donde la universidad dejó de ser un lugar cerrado para convertirse en una comunidad viva, global e inclusiva. El éxito de esta primera edición abre la puerta a futuras convocatorias que sigan explorando nuevas maneras de conectar voces, ideas y realidades educativas, poniendo sobre la mesa aspectos que afectan a toda la comunidad, independientemente del rol que desempeñen, su edad o país de origen, como la salud mental, la desinformación o la mencionada inteligencia artificial, entre otros.
En tiempos donde la educación tiende a digitalizarse a pasos agigantados, no hay que olvidar que el aprendizaje más potente sigue naciendo del contacto humano, del intercambio honesto y del deseo compartido de crecer. Connecting Voices no es solo un congreso. Es un modelo. Una invitación a enseñar de una forma más inclusiva, más cercana, más viva, en un entorno internacional, con dinámicas participativas y actividades culturales que estimulen la conversación y las relaciones humanas.
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