De Nativos digitales a huérfanos digitales: oportunidades y peligros en una sociedad hiperconectada
01/04/2025 | https://doi.org/10.63083/lamec.2025.09.scg
La inmensa mayoría de la denominada Generación Alfa (menores que han nacido a partir del año 2010 en adelante) ha crecido en un mundo totalmente digital, donde han incorporado de forma natural la Tecnología de la Información y las Comunicaciones (TIC) en su vida diaria desde edades muy tempranas. Sin embargo, a pesar de este uso tan insensivo y frecuente de Internet por parte de los menores, ¿están realmente preparados para un uso correcto y responsable de la Red?, ¿el hecho de ser nativos digitales les hace tener los conocimientos y competencias necesarias para poder navegar y enfrentarse de forma segura a los riesgos que pueden encontrarse en el entorno online? Algunos estudios ponen de manifiesto que uno de cada tres menores hace un uso problemático de Internet y las Redes Sociales, porcentaje que muestra una tendencia creciente y que, por tanto, preocupa cada vez más a la sociedad en general.
Los menores: de “nativos digitales” a “huérfanos digitales”
El problema surge cuando se da por hecho que ser nativo digital significa que el menor está preparado tecnológicamente para protegerse de algunos de los peligros a los que se va a exponer cuando navega por Internet, entre los que se encuentran: el ciberacoso, el acceso de contenidos peligrosos e inapropiados, el sexting (enviar o recibir fotos o videos con contenido sexual o erótico), o el grooming (contacto con desconocidos), entre otros. En el informe de Unicef (Impacto de la Tecnología en la Adolescencia. Relaciones, Riesgos y Oportunidades), se señalan algunos datos preocupantes como que: 1 de cada 10 adolescentes recibió una proposición sexual por parte de un adulto en Internet; 1 de cada 5 podría estar sufriendo ciberacoso o que; 1 de cada 3 accedió a webs de contenido pornográfico. Todas estas conductas afectan directamente a su bienestar emocional, integración social y satisfacción vital.
Ante estos datos surgen las siguientes preguntas: ¿qué nivel de competencias digitales tienen los adolescentes para enfrentarse a estas situaciones? ¿se han convertido en huérfanos digitales al dejarles navegar por la Red sin ningún tipo de control o supervisión asumiendo que cuentan con un nivel mínimo de habilidades que les permitan protegerse?
Si bien es cierto que muchos adolescentes tienen un gran dominio en el manejo de los dispositivos móviles, en muchos casos mayor que el de sus progenitores, según el estudio Net Children Go Mobile, solo la mitad de los menores es capaz de implementar habilidades digitales relacionadas con su seguridad, destacando el hecho de que uno de cada cuatro menores de 14 años no sea capaz de configurar su privacidad en una red social teniendo en cuenta que a esta edad no pueden legalmente tener un perfil propio.
Si a esto se suma el hecho de que muchos padres no establecen ningún tipo de control o supervisión sobre el tipo de contenido que los menores consumen en Internet o el número de horas que están conectados (ya sea en redes sociales como jugando a videojuegos en línea), las probabilidades de que los menores hagan un uso irresponsable de la Red y puedan tener comportamientos adictivos se incrementa considerablemente. Es por ello, que los menores pueden ser considerados un público digitalmente vulnerable.
La alfabetización digital como sistema de prevención y protección del menor
Estos datos no hacen más que poner de relieve la importancia de la alfabetización digital como una herramienta clave para la prevención y protección de los menores ante los posibles riegos que puede encontrarse en el entorno online.
Es vital que los menores adquieran un mayor nivel de competencias digitales, sobre todo de aquellas relacionadas con la seguridad, ya que muchas de las actividades problemáticas relacionadas con la práctica irresponsable de Internet se inician en la adolescencia. Es en esta etapa donde el menor es más vulnerable al no tener ni la experiencia ni los conocimientos y habilidades necesarias como para poder protegerse de forma eficaz ante los peligros de la Red.
En este sentido son necesarias políticas formativas incorporadas dentro de los programas educativos de los centros escolares que enseñen a los menores, por un lado, los problemas de una práctica excesiva y poco responsable de Internet, así como los peligros potenciales que se pueden encontrar. Y, por otro lado, formen en el uso y manejo de herramientas digitales que les permitan auto protegerse y saber actuar ante determinadas situaciones en las que se encuentran solos y tienen que tomar determinadas decisiones que pueden afectarles positiva o negativamente.
También hay que trabajar en la alfabetización digital de los padres, muchos de elllos nacidos en la era analógica, para que puedan enseñar a usar de forma positiva la tecnología y supervisen a través del diálogo entre padres-hijos y la incorporación de hábitos y comportamientos digitales saludables dentro del contexto familiar. Todo esto sin olvidar la importancia de que los progenitores sean un buen ejemplo y referentes para sus hijos en el uso correcto de la tecnología.
Conclusión
La adolescencia es una etapa fundamental donde los menores desarrollan su verdadera identidad, y donde es de vital importancia que los padres supervisen y acompañen a sus hijos en un uso adecuado de la Red.
La tecnología avanza cada vez más rápido y por tanto es difícil regular al mismo ritmo de forma que las personas estemos totalmente protegidas. Es por ello, que se debe trabajar en dotar de mecanismos y herramientas de auto protección que nos permitan sentirnos seguros en el contexto digital.
Este aspecto cobra una mayor importancia cuando se trata de los menores, un público que por su propia naturaleza es más vulnerable, siendo más necesario en esta nueva era de la Inteligencia Artificial (IA), donde la protección y seguridad del menor debería estar más presente para saber guiarles y acompañarles hacia un correcto desarrollo digital desde la adolescencia hasta su edad adulta.
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